¿Conoces la Personalidad de tu Hijo?

Como introducción primero lee Descubre tu eneatipo y el de tus hijos.

Para empezar podemos identificar 3 grupos, que se corresponden con los 3 cerebros reconocidos por la ciencia:

  • Mental: niñ@s que se guían, sobre todo, por el pensamiento, les rige la cabeza (Eneatipos 5, 6 y 7). 
  • Emocional: niñ@s que se guían mayormente por el corazón, tienen gran empatía y sensibilidad (Eneatipos 2, 3 y 4).
  • Visceral: niñ@s en los que predomina el instinto, el impulso. Les rige el estómago, las vísceras (Eneatipos 8, 9 y 1).

Esto no quiere decir que un individuo del grupo mental no tenga emociones, o viceversa. Sólo se agrupan los eneatipos de acuerdo a los rasgos más predominantes de su carácter, para que, mediante su observación, podamos acompañar  a nuestros hijos mucho mejor en su evolución, respetando siempre su tipo de personalidad y facilitandoles el descubrimiento de su propia naturaleza, que se encuentra debajo de esa personalidad creada a partir de sus heridas emocionales de la infancia.

Eneatipo 1: el que quiere ser perfecto 

Su virtud es el perfeccionismo y es también su mayor debilidad, ya que pueden llegar a ser inflexibles y rígidos con los demás, lo que tiende a separlos del resto. Aman las rutinas, siguen las normas y no les gusta equivocarse. Les encanta tener la razón y explicar cómo se hacen las cosas a los demás, por lo que a veces parecen un poco autoritarios.

Como parece que los demás no se preocupan tanto como ellos, pueden llegar a sentir mucha ira reprimida, por lo que conviene ayudarles a soltarse y trabajar con ellos la tolerancia y la flexibilidad, a tomarse las cosas menos a pecho, divertirse y desarrollar su aspecto creativo. Tienen valores propios muy arraigados, lo cual es genial… Pero a veces les impide ampliar sus puntos de vista y compartir con los demás.

Eneatipo 2: el que quiere ser amado

A estas criaturas les gusta sentirse imprescindibles y necesitados por los otros, por lo que tienden a prestar su ayuda y cumplir los deseos de las demás personas, para ganarse su afecto. En su lado positivo, son muy generosos y cálidos, cariñosos, sensibles, empáticos y sociables.

Por otra parte, por su insaciable necesidad de cariño, pueden llegar a sufrir dependencia emocional, sintiéndose rechazados o traicionados cuando no le corresponden de igual manera. Es necesario trabajar con ellos la autonomía personal. Además, gustar a todo el mundo es imposible, por lo que sus intentos al respecto pueden llegar a ser agotadores. Los ayudaría a centrarse, quedarse a solas con sus pensamientos, dedicarse a actividades creativas y ser más asertivos y directos con los demás.

Eneatipo 3: el que quiere ser valorado

L@s niñ@s pertenecientes a este eneatipo se muestran como triunfadores. Se esfuerzan mucho por conseguir sus metas, por lo que tienden a ser súper productivos. Cuidan mucho su imagen para controlar la forma en la que se muestran ante los demás.

La contracara de esta personalidad es el nivel de estrés por la cantidad de actividad que despliegan y su exagerado espíritu competitivo. Conviene hacerles sentirse valorados por lo que son, sin necesidad de demostrar su valía acumulando trofeos y elogios. Puedes ayudarles a equilibrar la tendencia a preocuparse por su imagen, mostrando respeto por su vida interior, ayudándoles a descubrir lo que verdaderamente les preocupa. También se les debe enseñar a disfrutar sin competir y a diferenciar «logros» de «resultados».

Eneatipo 4: el que quiere ser especial

Est@s pequeñ@s necesitan sentirse únicos y especiales. Ansían ser comprendidos, algo que no sienten a menudo por su misma originalidad, que les aleja de los demás, cuya empatía a la vez buscan desesperadamente. Son muy creativos y tienden a manifestar aptitudes artísticas de forma temprana. Son románticos, emotivos, muy sensibles y vulnerables, de intensa vida interior y muy expresivos, tienden al dramatismo (si están deprimidos) y la exageración (cuando son felices).

En su caso, el reto está en ayudarlos a desarrollar una correcta regulación emocional que les ayude a ser más ecuánimes. Es muy importante escucharlos con mucha atención, sin dejarse atrapar por sus intensos sentimientos; limítese a reconocer lo que sienten. Les conviene salir de su mundo interior, juntarse con otros y aportar su ingenio y sentido del humor.

Eneatipo 5: el que quiere silencio

Son tímidos, introvertidos y muy observadores. No se sienten a gusto siendo el centro de atención y les molestan los ambientes llenos de personas y ruidos. Harán todo lo posible por evitar esa incomodidad. Prefieren estar a solas, se relacionan mejor de uno a uno y no son muy demostrativos a nivel afectivo. Más bien, les cuesta expresar las emociones.

Son grandes investigadores, les encantan los experimentos y las cuestiones científicas y filosóficas de la vida. Son reflexivos y suelen tener opiniones firmes, aunque también toleran bien los pensamientos distintos a los suyos. El desafío que presentan es enseñarles a expresar sus necesidades, así como ayudarles a socializar, aunque no por la fuerza.

Eneatipo 6: el que quiere estar seguro

Los niños y niñas de este eneatipo a menudo se muestran inseguros y dubitativos. Les cuesta elegir y tomar decisiones, por lo que suelen hacer muchas preguntas y pedir consejo a menudo. Les gusta saber quién es la autoridad y tienden a respetarla. Son sociables y cariñosos. Suelen «portarse bien» en el colegio y cultivan con facilidad amistades. Aunque no les gusta liderar, ayudan siempre que pueden a quien lo necesita.

Son compasivos y generosos, pero sus dudas a veces les pueden causar mucho desasosiego. Conviene reforzar su autoestima, confianza y seguridad en sí mismos. Podemos ayudarles a que aprendan a confiar en su autoridad interior y en la capacidad que tienen para afrontar nuevas situaciones.

Eneatipo 7: el que quiere disfrutar

Tienen una energía desbordante: les gusta correr, saltar, andar en bici, trepar, contar chistes, cuidar las flores, jugar con los amigos, viajar con la familia y conocer gente nueva, no paran. Son arrolladores, alegres, simpáticos, chispeantes, casi siempre me muestran felices y caen bien con facilidad. Son muy activos y aventureros. Les encanta hacer amigos nuevos. Su mayor virtud es la capacidad que tienen de disfrutar de la vida.

Por contra, pueden tener problemas para centrarse, se distraen con facilidad, se muestran dispersos y suelen dejar tareas a medias. Tampoco les atrae estar tranquilos y a solas consigo mismos. El enfoque, la perseverancia, la paz y el sosiego son las áreas a trabajar con ellos.

Eneatipo 8: el que quiere poder

Son niñ@s cabezones, tercos y desafiantes, no responden a las normas ni aceptan los castigos. Su carácter es fuerte y lideran con facilidad los grupos. Son protectores y muy leales con aquellos a quienes quieren. Por otra parte, pueden mostrarse en exceso reactivos si consideran que se les trata injustamente a ellos o a sus seres queridos.

Tienen un sentido innato de la justicia que, mal gestionado, les puede llevar a ser un poco vengativos. Esto intimida a los demás, que a veces no se animan a contradecirlo. En el fondo son muy tiernos y cariñosos, aunque mostrar sus sentimientos les da miedo porque les hace sentir vulnerables. Hay que tratarlos con cariño y respeto, imponerles límites de forma respetuosa y mostrarse pacientes con ellos, ayudándoles a expresar sus sentimientos.

Eneatipo 9: el que quiere paz

Tranquilos y conciliadores, estos pequeñ@s odian las confrontaciones. Evitan los conflictos y suelen mediar entre diferentes puntos de vista. Buscan la armonía y el bien común. Son muy diplomáticos y es difícil verlos enfadados por mucho tiempo. No les cuesta nada sacrificarse por los demás, hacer favores y prestar ayuda.

Esa es su mayor virtud, y también su mayor debilidad. Su carácter apaciguador les puede llevar a olvidarse de sus propias opiniones y necesidades, haciéndoles sentir frustrados y decaídos. En este caso, pueden caer en la apatía, y volverse vagos y holgazanes. Conviene alentarlos a expresar sus propias opiniones y satisfacer sus propias necesidades, demostrándole que los ve y los oye y valora su presencia.